Fuente: SociVe S.C.
CARNE DE CABALLO. FALTA DE CONTROL DESDE EL CAMPO A LA MESA.
Sábado, 23 de Febrero de 2013 22:13
Marco Aurelio Sánchez Moreiro
1.-La carne de caballo detectada en productos cárnicos de vacuno sin constar en su etiqueta es un fraude al consumidor.
2.- Es muy improbable que la fenilbutazona detectada
en algunos lotes de estos productos ejerza efecto alguno sobre el
consumidor si bien no es posible descartar reacciones alérgicas
individuales como en caso de cualquier otro alergeno.En todo caso es un delito contra la salud pública.
3.-Este
fármaco antiinflamatorio muy utilizado en clínica de caballos solo
está permitido en équidos cuya carne no se destine a consumo humano.
El significado de este hallazgo es que han entrado en la
cadena alimentaria animales que, desde la explotación , por su
medicación ya no eran aptos para consumo y el sistema de control no es
capaz de impedirlo.
4.-
En España , el Ministerio de Agricultura y las Consejerías de
Agricultura de las CCAA clasifican las explotaciones equinas en
distintos grupos, uno de los cuales son las destinadas a producción de
carne ( cebaderos y de reproducción para carne) y otros grupos son de
ocio, deporte y otros fines pero no carne. No se han previsto
restricciones a la entrada en la cadena alimentaria de caballos de
explotaciones que no son de producción de carne ( deportes, ocio, etc)
y tampoco se tiene previsto que tengan que ser objeto de control
rutinario de residuos medicamentosos en la explotación.
5.-
Los Servicios Veterinarios Oficiales de las Consejerías de Agricultura
responsables de ejecutar los controles de residuos, de acuerdo con un
plan nacional realizan
controles en las explotaciones de ganaderías productoras de alimentos
pero las de caballos no destinados a producción de carne no entran en
los planes nacionales consensuados con las CCAA.
6.-
Estos mismos Servicios Veterinarios Oficiales son los que deben
autorizar el traslado de estos animales a matadero. El que se
sacrifiquen para consumo humano está en función de una declaración del propietario.
Esta declaración hace referencia al historial medicamentoso de los 30
días anteriores. Este plazo no prevé que en la especie equina se
utilizan fármacos con hasta 6 meses de periodo de retirada. Otros
medicamentos están autorizados para equinos pero su carne no puede
destinarse a consumo humano. El registrarlo o no ( en soporte de papel )
se deja en manos de la decisión del propietario.
Si el propietario omite esta información o la desconoce por ser
responsable del animal desde hace poco tiempo, la entrada de residuos en
la cadena alimentaria es inevitable. Este
sistema hace poco eficaz el control desde el punto de vista de la salud
pública en el primer eslabón de la cadena alimentaria.
6
.- En España., los controles veterinarios responsabilidad del
Ministerio de Sanidad , Consejerías de Sanidad, y Servicios Regionales
de Salud , comienzan , no en el campo sino en el matadero y siguen en la
industria cárnica. En el matadero se efectúan unos controles
sistemáticos en el 100% de los animales ,ante y postmortem pero los de
residuos son muestreos representativos . Si el historial medicamentoso
no se aporta, y el animal no es objeto de muestreo, el problema continúa
por la cadena alimentaria.
7.- La carne de caballo al igual que la de porcino, debe ser pasar un análisis parasitológico sistemático para descartar trichinella spp.
Estos controles han sido efectuados en todos los Estados Miembro de la
UE y se ha exigido en las importaciones de terceros países. Si no
existen partidas no controladas no habría riesgo al respecto. Si las
hubiera, la congelación y el tratamiento térmico lo eliminarían.
8.- Los autocontroles
por la industria alimentaria - el operador comercial- se evidencian
insuficientes y el control sanitario oficial debe ser reforzado. Además
debe garantizarse la ausencia de conflicto de intereses, no solo
mediante inspectores de la Administración y no del operador comercial
sino mediante una Administración cuyo único objetivo sea la salud y no
intereses productivistas, como es el propio de Agricultura .
9. La distribución de competencias en salud pública entre dos
departamentos, uno Sanidad y otro Agricultura hace que el control
veterinario de la cadena alimentaria esté compartimentado. La
Comisión Europea a raíz de la crisis de las vacas locas, detectó el
mismo fallo en su propio organigrama y lo corrigió sacando sus
inspectores veterinarios de Agricultura y los integró en Sanidad (
DG-SANCO) . Actualmente prestan sus servicios desde Sanidad tanto para Sanidad como para Agricultura
Algunos países como Bélgica, Austria o Italia también. España tiene
una estructura autonómica que lo complica aún más y aunque el cambio de
estructura no es complejo ninguna autonomía da el primer paso. En esta
situación no solo no protege la salud pública adecuadamente sino que
acaba dañando siempre al sector productor .
10.-En
cada crisis alimentaria desde la encefalopatía bovina hasta la actual
de carne de caballo, se evidencia que la compartimentación y la falta de
integralidad en los controles sanitarios oficiales así como el
debilitamiento y la sustitución de dichos controles sanitarios
oficiales por auto-controles del operador comercial son la base para
las crisis alimentarias en las que prima el ánimo de lucro por encima
de la salud pública.
a continuación se expone un extenso artículo con aportaciones más detalladas.
La carne de caballo , no supone en absoluto un riesgo sanitario per se
Tiene
unas características nutricionales y organolépticas particulares que
son demandadas por un sector de los consumidores. También es alimento
tabú en muchos países, entre ellos Irlanda, de donde parte la detección
del actual escándalo alimentario por carne de caballo en productos
cárnicos de vacuno.
Para
una revisión bibliográfica que detalla los motivos del rechazo
generalizado , religiosos ( la Biblia , Levítico, y prohibiciones
papales) o los de repugnancia ( caballos de desecho en situaciones
bélicas, de situaciones militares de sitio y como último recurso o
desechos de tercio de varas en corridas de toros en su época ) o las
psicológico-morales ( el caballo ligado a hazañas bélicas,
manifestaciones artísticas,..) puede consultarse el artículo siguiente
(en la página 94 y siguientes del documento)
"la Evolución del consumo e carne de caballo ( hipofagia) en España en la transición del siglo XIX al XX" . ( pincha en el enlace:
http://www5.colvet.es/aehv/pdf/Congreso%20barna%20redux.pdf
Hay
otros motivos de rechazo de la carne de caballo por la población,no
recogidos en esta revisión, como usos del caballo en tareas que crean
importantes lazos afectivos, como ayudas
a discapacitaciones psiquicas y psicomotrices, autismo , deportes
olímpicos, cinematografía, literatura , espectáculos ecuestres, otras
manifestaciones culturales etc.
que producen que no se entienda que el baballo pueda ser convertido en
carne .Las actividades a que se dedica el caballo son numerosas.Este documento da una buena visión del sector. http://www.eurocarne.com/informes/pdf/sector-equino.pdf
El
hecho es que en España, el consumo de carne de caballo es reducido y
restringido geográficamente a zonas con producción y consumo
tradicional. Pero se trata de animales de explotaciones dedicadas
expresamente a cría de caballos para la producción cárnica , en su
mayoría potros y animales de menos de 4 años. Su producción y consumo se ha mantenido estable sin que haya aumentado significativamente la demanda de esta carne.
El consumo de carne de caballos que no son criados expresamente para
producir carne sino que se trata de caballos de deportes, de ocio,de
desecho etc, había sido , hasta ahora bastante limitado. En alguna que
otra sentencia judicial ( con motivo de detección de residuos
medicamentosos en carne de caballo) podemos encontrar reflexiones de
cómo causa “rechazo social” el destinar a carne un animal de ocio.Esta
es una tendencia cada vez más marcada en la sociedad urbana y neorural.
Lo
que ha ocurrido en la actual crisis alimentaria , a escala continental
ha sido, por un lado un fraude en el etiquetado de productos cárnicos
de vacuno , con los que se ha mezclado carne de caballo, en distintas
proporciones sin anunciarlo y probablemente , en muchos casos sin
conocimiento de los fabricantes de los productos . En la prensa puede
hacerse un seguimiento del probable origen y las investigaciones en
curso. La investigación no ha terminado y la EFSA ya no solo
trata el asunto como un fraude de etiquetado y por supuesto como una
transgresión a las normas de trazabilidad , sino que , además, está
investigando otro asunto que sí es un peligro sanitario: la presencia de
residuos medicamentosos.
De momento, se ha detectado fenilbutazona en muestreos efectuados.Y la
importancia no radica tanto en los efectos de esta sustancia en el
consumidor. La cantidad que pueda ingerirse al consumirla, en caso de
que la hubiera, no supone efecto alguno en el consumidor ,salvo raras
reacciones adversas individuales, nunca descartables. En España hay
tres productos comerciales habituales de fenilbutazona para equino,
todos inyectables salvo uno que además es de uso oral. La importancia de este hallazgo reside en que la
fenilbutazona , frecuentemente utilizada hoy como antiinflamatorio
habitual y de elección, en artropatías en equino, no puede utilizarse
en equinos que se destinen a consumo humano, tal y como advierten los
correspondientes prospectos. Esto significa, no que se estén medicando
los caballos de explotaciones de producción de carne, sino que los
caballos , de explotaciones no destinadas a producción de carne ,
incluidos los no aptos para consumo sí se destinan a consumo humano.Y es
lo que hay que analizar.
La
consideración del caballo ,no como animal de producción sino como
compañero del ser humano , o como animal de deporte y competición o
simplemente de ocio hace que estos se sometan, ante patologías
diversas, a tratamientos clínicos y diagnósticos, similares a los de
humanos . El metabolismo y
la farmacocinética de los medicamentos en el equino son particulares y
la eliminación de residuos puede, en algunas sustancias, tardar mucho
tiempo ,por lo que se establecen periodos de seguridad de hasta de seis
meses ( ver el Reglamento Comunitario, recientemente aprobado. http://www.boe.es/doue/2013/042/L00001-00017.pdf
Esta es la lista de medicamentos para caballos que tienen esta particularidad:
Acepromacina,
Atipamezol ,Diacepam ,Flumacenil ,Midazolam Naloxona ,Propofol
,Sarmazenil , Tiletamina ,Zolacepam ,Dobutamina. ,Efedrina
,Glicopirrolato ,Norepinefrina ,Buprenorfina ,Morfina ,Petidina,
Atracurio , Edrofonio, Guaifenesina ,Oxibuprocaína , Prilocaína ,
Acetónido de triamcinolona, Flumetasona, Endotoxinemia, Polimixina B ,
Amiodarona, Alopurinol , Digoxina, Sulfato de quinidina y gluconato de
quinidina, Propranolol,,Fenitoína ,Primidona ,Betanecol, Codeína ,
Loperamida , Metoclopramida ,Fenoxibenzamina ,Bromuro de propantelina
,Ranitidina ,Sucralfato ,Dantroleno Ticarcilina ,Rifampicina
,Budesónida,,Fluticasona ,Bromuro de ipratropio ,Oximetazolina
,Isometamidio ,Ponazurilo ,Pirimetamina ,Idoxuridina ,aciclovir.
,Fenilefrina ,Tropicamida ,Dorzolamida ,Latanoprost ,Maleato de timolol,
Ciclosporina A, Ketorolac, Ofloxacina , Fluoresceína , Rosa de Bengala ,
Insulina , Griseofulvina , Ketoconazol , Miconazol ,Nistatina
,Carbamazepina ,Ciproheptadina ,Domperidona ,Gabapentina ,Imipramina
,Hormona liberadora de tirotropina,Sulfato de ,Iohexol , Iopamidol I
Además
está el resto de medicamentos con distintos periodos de supresión
menores similar al de otras especies. Y por último los que se pueden
utilizar en equino pero su carne no puede ser consumida como es el caso
de la fenilbutazona y otros muchos.Todo lo anterior implica que no son
aplicables las consideraciones al respecto para otras especies
ganaderas. Sin embargo esto no es así.
La situación real en España es que el propietario de caballo de ocio o deportes suele no disponer
de receta del medicamento y por tanto no registra la medicación y no
transfiere dicha información al comprador del animal ni con la receta
ni en el pasaporte. El único control previo al traslado al matadero de
estos animales es comprobar documentalmente que están identificados y
que en su pasaporte el propietario no ha anotado medicamentos que
impidan su consumo.De hecho , y los miles de pasaportes están así en los mataderos, lo normal es que no contengan anotado medicamento alguno. Si bien es obvio que contrasta con los volúmenes de fabricación y venta de medicamentos veterinarios para caballos en España
aunque solo sea en vacunas y antiparasitarios de aplicación rutinaria
preventiva, no hay previsión legal para una presunción de incumplimiento
ni para impedir el traslado al matadero. Para sacrificio con destino a consumo humano , el responsable aporta un
documento de información a la cadena alimentaria en el que firma ,
entre otras cosas , la medicación suministrada en los últimos 30 días .
Lo habitual es que tampoco haga constar nada. A menudo estos caballos
han sido adquiridos con antelación menor de 30 días a
distintos propietarios por lo que si el anterior propietario no pasa la
información , el nuevo, un tratante de caballos por lo general,
tampoco la tiene.Resulta incoherente exigir un historial de tan solo 30
días en esta especie cuando muchos medicamentos tienen establecido un
periodo de dos meses o como se indica, de seis meses, o en muchos casos ,
una vez aplicados , impiden destinar el animal a consumo.
Muchos
caballos que se llevan al matadero han sido de desecho y de cierre de
cuadras por la situación generalizada de crisis económica . En España ,
mientras las explotaciones de otras especies se considera que deben ser
objeto de control por motivos de salud pública en la producción
primaria y se someten a inspecciones y muestreos de investigación de
residuos, las de caballos, salvo las escasas dedicadas a producción de
carne , no son objeto de estos controles rutinarios porque su envío a matadero era excepcional.Sin
embargo nada les impide entrar en la cadena alimentaria humana siendo
su primer control sanitario en el matadero, mediante inspección visual
antemortem, que poco puede aportar sobre la existencia de medicación
previa.
En
España hay unos 750.000 equinos en 163.5000 explotaciones .De ellas
hay unos 300 cebaderos y 21.000 explotaciones de reproductoras de carne
.Andalucía sola tiene casi 68.000 explotaciones pero de ellas solo hay
7 clasificadas para producir carne. Sin embargo se han llevado yeguadas
enteras a matadero.Quiere esto decir que ,en España , nada
impide que las explotaciones que no se registren como productoras de
carne, llegado el momento se autorizará la entrada de estos animales en
la cadena alimentaria sin un solo control de residuos en origen. Cierto
es que se han muestreado algunos caballos en matadero pero el coste de
las analíticas es una importante limitación , máxime en tiempos de
crisis.Ahora se están tomando muestras de los productos cárnicos pero la
trazabilidad de la mezcla ya no es posible .
El plazo para identificar caballos adultos terminó en 2009 . Desde entonces cualquier equino que no sea identificado de potro lo hace fuera de plazo.La Reglamentación Comunitaria prevé que cuando un caballo es identificado y documentado fuera de plazo su pasaporte debe anotar que no es apto para consumo humano. .Pero
esta cautela , introducida precisamente para evitar riesgos por
residuos medicamentosos , inexplicablemente ha sido aplicada en
muchas CCAA con años de retraso, lo que ha permitido la entrada en
matadero de caballos sin trazabilidad , sin conocimiento alguno de su
historial medicamentoso. Es posible además que ahora se investigue si
los mataderos disponían de lectores para verificar la identificación
electrónica porque la dotación de recursos ha sido y es insuficiente.
Quizás ello explica que empiecen a reaparecer vivos caballos que según
las bases de datos han sido sacrificados en mataderos. Las bases de
datos de las distintas CCAA aún no se han coordinado adecuadamente con
la base de datos estatal y las de las distintas entidades responsables
de los registros de animales de razas puras tampoco. Las bases de datos
aún no son adecuadas y no se ha dado prioridad a animales que puedan
consumirse.
En
caso de caballos procedentes de explotaciones no destinadas a
producción de carne ( casi la totalidad durante esta crisis alimentaria)
las inspecciones ante y postmorten en matadero han sido todo lo
rigurosas que pueda exigir el Reglamento (CE) 854/2004 sección IV:
Requisitos específicos, Capítulo III: Solípedos domésticos. Pero los
controles de residuos en matadero han sido insuficientes, y en las
explotaciones se puede decir que han sido nulos. En esta situación y
con los antecedentes de detección de fármacos que no debieran haberse
utilizado o la aparición en el mercado de carne de animales que ya no
eran aptos para consumo no es posible garantizar la ausencia de riesgos.
Se
da la particularidad de que esta especie es longeva y al contrario que
en el caso de caballos destinados a producir carne, que se llevan a
matadero cuando más valor tienen para su propietario, en el caso de
caballos , mulos y asnos de trabajo , deporte y ocio llegan al
matadero al final de su vida y/o en todo caso cuando menos valor
tienen para su propietario , por lo general con un intermediario que
paga ese escaso valor y espera obtener un margen comercial con la venta
de carne. Suelen ser caballos en su segunda década de vida. El sentido
común señala que durante ese tiempo los tejidos acumulan muchos más
agentes químicos que en edades jóvenes. Podemos ver qué edades llegan a
los mataderos en este reciente trabajo de estudio de melanosis en
caballos sacrificados en el matadero de Sevilla
http://www.colvet.es/modules/articulos/files/colaboraciones_enero_2013.pdf
Con estos datos podemos sacar las siguientes conclusiones:
CONCLUSIONES
La carne de caballo , no supone un riesgo sanitario per se.
En España la carne de caballo procedente de explotaciones dedicadas a
producción de carne es segura. Estas explotaciones son controladas
sanitariamente como las de otras especies productoras de alimentos.Esta
carne se vende claramente como carne de caballo para clientes que la
demandan sabiendo lo que comen y puede decirse que no entra en otros
circuitos de venta .
La detección de carne de caballo en productos cárnicos de vacuno es un fraude de etiquetado .La detección de residuos
medicamentosos supone además fallos en el control de la producción
primaria de alimentos de origen animal. Está en fase de investigación si
hay riesgos para la salud pública.
La
carne de caballo de explotaciones de ocio, deporte , picaderos, turismo
rural, actividades ecuestres varias, y en general no destinadas a la
producción de carne no son objeto de controles rutinarios ni esporádicos
de residuos.En los últimos meses estas son las que han enviado una
importante cantidad de caballos a la cadena alimentaria humana por una
demanda inesperada en el mercado continental y por la necesidad de dar
salida a unos animales improductivos que solo estaban generando
costes.Esta carne española como la de otros países implicados en esta
crisis se ha distribuido en toda Europa en diferentes productos
cárnicos.La trazabilidad es incapaz de llegar a las explotaciones de
origen.
Los
registros de identificación de caballos y su trazabilidad en España
son excesivamente complejos y no son aún adecuados.En general los
veterinarios oficiales de los mataderos no tienen acceso a estas bases
de datos. Estas son incompletas e inconexas en casi todas las CCAA.
El
uso de medicamentos en caballos de explotaciones de carne es
restringido y controlado. Pero en las no dedicadas a producción de
carne ,el uso clínico se caracteriza por medicamentos que pueden
tardar meses en ser eliminados por el animal o que convierten a estos
animales en no aptos para consumo. Esta información debiera
transferirse al pasaporte de cada animal y debiera controlarse. Aquí
reside el primer fallo. Este tipo de explotaciones al no registrarse
como productoras de carne no tienen controles de residuos en campo.
Este es el segundo fallo.Sin embargo no tienen restricciones para
entrar en la cadena alimentaria.Este es el tercer fallo.
No hay garantía de ausencia de residuos medicamentosos y químicos en la carne de caballo procedente de explotaciones no controladas, que son casi la totalidad. El efecto de dilución, al mezclarse la carne de caballo con el de otras especies y otros productos apunta a que no es esperable ninguna situación de gravedad para la salud pública, aunque no pueden descartarse raras reacciones individuales a residuos . El significado de los hallazgos en estos productos cárnicos de fenilbutazona es que se envían a la cadena alimentaria caballos no aptos para consumo humano.El
nivel de cumplimiento de los registros de estos medicamentos y el
traslado de la información, y el control de dispensación es ,hasta la
fecha, inadecuado,y no es objeto de control rutinario ni exhaustivo.
En
cuanto a los controles de salud pública de alimentos de origen animal ,
en general, recordemos que en España los Servicios Veterinarios
Oficiales están compartimentados en dos departamentos ,( al contrario que en Francia , Bélgica, Italia, o Austria ,) que
son ,por un lado Agricultura , cuyo fin es generar riqueza en el campo
y por otro Sanidad , cuyo fin es proteger la salud de la población.
Ambos intereses entran en conflicto cuando hay operadores sin escrúpulos
y ánimo de lucro ya desde la producción primaria y a todo lo largo de
la cadena alimentaria.En tanto los servicios veterinarios oficiales de
Sanidad tengan vetado el control sanitario en las explotaciones por
motivos de distribución de competencias, o los servicios veterinarios de
Agricultura no tengan carácter sanitario efectivo, la prestación de
salud pública no tendrá el carácter de integralidad que exige la
legislación española, la europea y el sentido común.Precisamente esta
fue la situación que se daba en el inicio de la crisis de las vacas
locas y que se zanjó con la integración de los Servicios Veterinarios de
Agricultura ( DG Agricultura) en Sanidad ( DGSANCO) ,estructura que,
como modelo , ofrece la FVO, Oficina Veterinaria y Alimentaria de la
Comisión Europea y que siguen países como Bélgica, Italia y Austria
pero no España que la mantuvo de forma similar 150 años hasta que en los
años 90 la modificó con motivo de sus necesidades de inspectores de la
PAC y de sanidad animal ,aprovechando las transferencias de
competencias a las CCAA, separando a los veterinarios oficiales en dos
departamentos, rompiendo el control integral de la cadena alimentaria.
SOCIVESC
viene manteniendo desde hace años que los controles de salud pública en
la cadena alimentaria deben ser efectuados por veterinarios
dependientes del Sistema Sanitario, no solo desde el matadero o la
industria sino desde el campo a la mesa y que la estructura de los
servicios veterinarios oficiales debe tener dependencia funcional de
Sanidad en unos casos y de Agricultura en otros pero con dependencia
orgánica única y del sistema sanitario. Las crisis sanitarias
debe prevenirlas y controlarlas el sistema sanitario ,de forma integral
y no de forma interrumpida y des-coordinada mediando otros
departamentos que tienen que velar por intereses económicos.
Este
escándalo alimentario y crisis alimentaria que puede afectar o no a la
salud pero acaba afectando al consumo de carnes en general y de
productos cárnicos en particular, es otro ejemplo más de que los
autocontroles por el operador comercial ni bastan ni son seguros
cuando hay intereses económicos , que los fallos sanitarios en la
producción primaria, se trasladan por la cadena alimentaria, y
repercuten tanto en el consumidor como en el productor y que los
controles sanitarios oficiales deben ser reforzados y replanteados para
que funcionen desde el campo a la mesa.
Este sábado día 9 de marzo se celebra el primer aniversario de la moneda social PUMA...
Seguimos aprendiendo y seguiremos dando todo lo que queremos para nuestro entorno...