Economía
Inspectores denuncian por tercera vez agujeros en el Banco de España
Sostienen que la cúpula relajó los mecanismos de supervisión a las entidades
En un tercer documento interno hecho público
desde el 2005, el siempre discreto cuerpo de inspectores del Banco de
España vuelve a denunciar lagunas y agujeros en la tarea de supervisión a
las entidades financieras españolas, una situación preocupante sobre
todo en esta última etapa, con Miguel Ángel Fernández Ordóñez al frente,
cuando hubo que intervenir o nacionalizar casi una decena de entidades,
entre bancos y cajas (sobre todo estas últimas) y afrontar una
fortísima reestructuración.
El último documento, desvelado ayer por el periódico madrileño El País
trata de «explicar a la nueva dirección los fallos detectados en los
últimos años, con el ánimo de encontrar soluciones y con espíritu
constructivo», explicaban ayer a La Voz desde la propia asociación de
inspectores del Banco de España.
La elaboración de ese texto partió de la
nueva dirección, con Luis María Linde y Fernando Restoy, gobernador y
subgobernador, al frente, y forma parte de los acuerdos suscritos entre
España y la troika (Comisión Europea, FMI y BCE) para mejorar la
supervisión en las entidades financieras ante el millonario rescate que
se ha tenido que pedir. Este matiz es importante, porque en críticas
anteriores -en los años 2005 y 2006- fueron los propios inspectores los
que dieron un paso adelante para denunciar, bien ante el gobernador
(Jaime Caruana entonces), bien ante el ministro de Economía (entonces
era Pedro Solbes) una falta de supervisión, sobre todo en la exposición
al crédito vinculado al ladrillo. Sin que se actuara a tiempo para
corregir todo aquello, como ha demostrado el paso del tiempo.
Mirar «hacia otro lado»
¿Y cuáles son los fallos ahora denunciados? El
documento denuncia, por ejemplo, que «en el trabajo de la inspección
aparecen con relativa frecuencia indicios de conductas que pudiera ser
delictivas», pero que «la forma habitual de reacción ante los indicios
de delito es mirar hacia otro lado». Una grave acusación. Recuerdan que
la decisión de actuar cuando hay esas evidencias «es una decisión
colegiada de la comisión ejecutiva del Banco de España; los actuales
miembros son los mismos que en la época de Ordóñez, salvo el director
general de supervisión, Jerónimo Martínez Tello, el subgobernador y el
gobernador».
Como solución, dentro de ese ánimo constructivo,
sugieren que se podría establecer «un procedimiento para la comunicación
jerárquica de los indicios de delito» y «dar formación penal a los
inspectores».
Citan a Ordóñez los inspectores, y no es ningún
secreto que con el ya exgobernador mantuvieron una relación tirante. En
diversas cartas desde el 2007 han denunciado desde la permisividad en el
fichaje de inspectores por parte de la banca hasta la política de
contratación de personal o el trabajo contratado a empresas externas que
bien podrían hacer esos inspectores.
La influencia de la banca
Ese «mirar para otro lado» citado anteriormente
se extiende a la tarea diaria: «Se ha actuado de un modo condescendiente
con la mala gestión», explican en otro punto del documento. Podría
explicarse ello en esto que explican en otro pasaje: las relaciones con
la banca. «La influencia de la industria ha modulado la actual
supervisión, de modo que con un supuesto buen clima de diálogo entre
supervisor y supervisado, se ha relajado la aplicación de medidas
correctivas sobre las deficiencias observadas por los inspectores».
Sin citar bancos o cajas, lamentan que se fuera benevolente con la mala gestión
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